De buscar para perder

Los niños aún no son independientes
y la vida aún no los ha golpeado;
siendo tan jóvenes lo único que
les importa es ser felices
(aunque aún no lo sepan).
El café se enfría, todo acaba
y los idiotas sobresalen
entre tantas personas.
No necesito ron o algún
vicio para ser feliz,
pero sí alguna inspiración.
Vivo buscando a mi musa,
una que merezca todas las penas,
pero no llega o quizás no
sigo el camino hacia ella.
A veces quiero salir de casa
(cada fin de semana) para
evadir un poco todo lo malo.
No me jode que una u otra
chica no quiera mi amor
—que a pesar de no verlo,
tengo mucho para ofrecer—
porque me quiero a mí mismo,
pero claramente me afecta
que no sepan apreciarlo y
que luego tenga que perder
la confianza en todas ellas.

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