Cafeína

Quiero que seas parte de mi desorden,
pero no que seas una solución,
pues cada cierto tiempo tendré luchas internas.
Y quizá me gustan las cosas a la ligera,
pero la verdad es que pienso demasiado.

Soy más de invitarte un café para que me cuentes cómo estuvo tu día
o para que me digas cuán feliz te sientes últimamente,
y sí,
para ti soy todo oídos.

Somos diferentes, muy diferentes,
pero no importa.
¿O sí importa? No, no tiene importancia.
Toma mi mano y vive,
¿lo sientes? Perfecto, no pienses en soltarla.
No estás sola.

Somos un punto de partida.
Me siento el mejor de todos
porque en tu rostro hay una sonrisa
que no quiere borrarse.
Pero, ¿soy tan valioso? No quiero pensarlo.

Quiero pensarte: hasta quedarme dormido,
cuando despierto por la madrugada,
cuando es de día y no quiero levantarme.

Creo que esto es importante
porque dices te quiero y parece sincero: parece real.
Eres como el frío,
pero descuida,
no soy fuego: soy la calma que necesitas en tu vida.

Somos tan ácidos que llegamos a gustar.
A veces quiero largarme,
irme muy lejos,
pero logras hacerme razonar.
No te permito hacernos a un lado,
porque sí, somos uno.
No necesitamos dudas, necesitamos creer.

Baila y sé tú misma, sé libre. ¡Qué loca estás! Pero me encanta. Me gusta ser parte de tu locura. Conmigo no existen cadenas. Los abrazos son nuestra mejor arma. Vístete con la mejor sonrisa, ésa que nadie puede llegar a borrar.

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