Cruceros

Recojo los pedazos rotos, uno a uno si hace falta, 

pero hazme creer en cosas necesarias.

Nunca a prendí a bailar, pero sé cómo cambiar el rumbo

de todo en lo que ya no confías.

Soy débil ante el frío, por eso, juguemos con fuego

mientras no sabemos lo que pueda pasar.

No digo demasiado, por si acaso, 

por si luego tengo que retractarme por algo

que había querido decir. 

No quieras conocerme tan rápidamente,

pues soy terco,

y no me siento cómodo estando expuesto. 

Lo apuesto todo si más tarde puedo

recibir un poco de aliento, sin tener que mendigar, 

con creces y ganas de seguir.

                                   —respira—

No te hagas daño,

sólo no quieras sentir más de la cuenta,

o más de lo que te puedes permitir.

Si construyo algo, lo mantengo,

le doy vida y estoy a su lado sin importar qué. 

Eres lo más bonito que han visto mis ojos,

pero no me creas si te lo digo luego

de haber discutido o estado en desacuerdo.

                                   ¿Tan difícil te parece tener que soportarme?

No soy una carga,

pero a veces soy un pesado.

Sé querer, cuidar, valorar y todas esas cosas,

pero eso es sólo un adelanto de mi vida. 

Serás eterna si sabes encontrarte,

conmigo, a solas, 

con un poco de nerviosismo y lejos,

muy lejos de dudas.

No quieras cuidarme, sé cómo hacerlo, 

pero hazme aterrizar si alguna vez pierdo la razón.