AAMB (II)
De nuevo te encuentras solo,
como hace poco más de un año y medio
cuando te mudaste a casa de uno de dos tíos
que viven en la capital del país.
Para aquél entonces aún eras un niño
—está bien, incluso hoy todavía lo eres,
pero más maduro— y te entró una fuerte depresión
por haberte alejado de tu familia, personas a las que nombrabas
y te enamorabas.
Pero hoy en día estás solo porque lo quieres,
porque estuvo en tus planes,
no porque terceros te hiciesen sentir así.
Eres realista: sabes lo difícil que es el nivel de vida en tu país,
en la ciudad en la que te encuentras,
y mucho más para alguien que tiene que correr
con gastos de alquiler y valerse casi por sí mismo para sobrevivir.
Pero también te sientes feliz porque has organizado una vida acorde a ti.
Comentarios
Publicar un comentario