Ir y venir

Tropezar con personas de vez en cuando, intercambiar miradas con una chica que posiblemente jamás vuelvas a ver en tu vida, mirar el reloj y notar que de nuevo vas tarde al trabajo —trabajo al que le has tomado aprecio, pero que no te gusta del todo—. Volver a cruzar miradas con la misma chica porque su vista sobre ti pesa demasiado. Contar las estaciones, moverte para que las personas salgan del vagón, sonreír como tonto porque tu novia es hermosa. 

Llegar (tarde) a tu trabajo, saludar a tus compañeros, recibir un sermón por parte de tu jefa —jefa a la cual no has llegado a querer por el mal sueldo que te paga (lo típico)—. Comenzar la jornada y darte cuenta de que apenas es martes. Querer que el tiempo pase rápido para ir a almorzar —almuerzo que te tomó más de una hora preparar porque eres novato en la cocina y un distraído de nacimiento—. Amargarte, contentarte, cumplir con todo lo que tu jefa te pide. Comer y luego no querer seguir laborando porque te han entrado unas ganas enormes de dormir. Leer un poco el libro que llevas más de dos meses leyendo —como si fueses el tipo más ocupado del mundo y no te diera tiempo para leer—. Volver a trabajar, a plantarte frente a la computadora que algún día te dejará con miopía y lentes sobre tu nariz. Levantar el teléfono varias veces al día y asesorar a clientes que no saben ni la mitad de lo que cubren sus pólizas de seguro —seguro que pagan anualmente porque quieren prevenir una desgracia para sus familias—. Mirar una vez más el reloj y querer que sea la hora de salida para descansar y escribir cosas como ésta —cosas que posiblemente alguien lea, pero que en el fondo sólo es lo que sientes y no es tan importante—.

Salir del trabajo y tomar el transporte para volver a lo mismo que por la mañana, pero esta vez para regresar a casa. Comprar algo para comer y al llegar tumbarte en la cama, beber un poco de café y darte cuenta de que tus días son lamentables, pero que eres feliz. Quedarte dormido y despertar por la madrugada sintiéndote asquerosamente agradecido contigo mismo.