Galaxia
en el color de tus ojos,
en cada contracción que realizan
tus pupilas.
Las estrellas luchan por entrar en tu
espacio aéreo,
pero no lo logran,
ninguna es tan hábil como tu
indiferencia.
No he podido, en toda mi
[silenciosa vida
creer en la suerte.
Pero he creído en tus actos,
en el suave tacto que le brindan tus manos
a mi cara,
en cada suspiro encontrado bajo tierra,
en todas las penas y momentos
que hemos merecido.
Tú controlas el tiempo, y no miento, tienes el poder de controlar
el futuro, de hablar con miedo sobre el pasado,
de temer enteramente al presente —porque no es justo contigo—,
de atravesar dudas y lograr escapar de laberintos,
de ser enorme siendo tan pequeña.
Tú eres Galaxia,
porque bailas sin mover un músculo,
por el simple hecho de
transmitir ganas de vivir.
Eres lo que deseas ser hoy, también mañana, incluso lo que ayer
quisiste lograr, pero no te alcanzó el tiempo del día.
Eres un pequeño trozo del universo,
uno muy valioso,
y tu astronomía es muy relativa.
En tu columna vertebral coleccionas planetas y los alimentas
a base de energía positiva,
por eso Plutón jamás habría sido apartado.
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