No tengo tiempo para guerras
tampoco me interesan.
Soy tu escudo y te protejo de todo ataque
hacia tu bonita persona,
tu bonita y dulce personita.
Tus ojos almacenan muchos desastres naturales
que esperan ser desatados,
por eso,
sólo por eso,
los miro fijamente,
pues me gustan los estados de emergencia.
Tienes fuego en tu mirada,
hielo en tu silencio,
libertad en tu risa,
ansiedad en tus enojos
y malicia en tus besos.
Llevas el arte en la palma de tu mano,
de aquí para allá, sin regalarlo ni esconderlo,
pero siempre dejando que brille.
Nadie pudo entenderte en el pasado
y mucho menos ahora
que has enloquecido,
que has enloquecido,
así que me dejo la piel
intentando conocer
intentando conocer
cada parte de ti.
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