Estoy maldito


Siento un enorme dolor,
un enorme vacío
que no me permite
pensar con claridad;

es un dolor un poco extraño
porque siempre me he considerado
un ser que no siente cosas,
que no llora,
que no sufre,
que no extraña.

Pero si bien es cierto que no lloro,
sí sufro,
sí siento cosas,
demasiadas cosas
y sí echo de menos;

aunque siendo sincero,
echar de menos no es para tanto
ni yo soy para tanto
ni ella es para tanto
ni el que me lee es para tanto.

¡Nadie es para tanto!

Y aún así sufrimos,
caemos
y esperamos
a que alguien nos levante,
que nos de un abrazo,
que nos salve
de nosotros mismos,
pues somos nuestra propia cárcel.

¡Malditas cárceles mentales!

Creo que estoy maldito,
sí,
eso debe ser lo que sucede.

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