La quiero
La quiero loca.
La quiero enloquecida,
que de vez en cuando salte encima de mí
y se ría de manera extraña,
porque así es,
porque así quiero que sea.
La quiero despeinada,
medio dormida,
enojada,
alegre,
ansiosa,
miedosa
u orgullosa.
La quiero mientras ella se quiera,
pues eso,
al final de todo,
es lo más importante
que una persona
puede hacer por sí misma.
La quiero tumbada sobre el sofá
escuchando un disco de Pink Floyd
o viendo una serie
o una película
o leyendo un libro
o hablando de la vida
o no haciendo nada.
La quiero porque me quiere,
porque me enseña a querer,
porque el silencio sabe a bienestar,
porque me hace feliz,
porque baila con mis demonios,
porque hasta los días grises
dan bonitos abrazos.
La quiero porque me hace grande
en un mundo tan pequeño.
La quiero porque puede volverme loco
y después hacerme reír.
La quiero porque es suya
y disfruta de ser mía.
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