Loco perdido


A veces me encuentro perdido
                 cual náufrago
cual astronauta sin su nave espacial
                 cual soldado en medio de una emboscada
cual niño en un supermercado
                                  cual animal herido.              

Lo curioso de todo
es que nadie viene a salvarme;

y no es que alguien tenga la obligación de hacerlo,
pero no estaría mal
que de vez en cuando
me obsequiaran un abrazo

(me estoy volviendo loco).

Últimamente duermo abrazado
a la botella de ron
      y bailamos
            y fumamos
                  y reímos
                        y jugamos
y nos olvidamos un poco de todo lo malo.    

No pienso escribir con optimismo,
que eso es basura;
la gente buena es basura:
todos están llenos de malicia
y es lo lógico,
pues la bondad no te hace ganador.

Puedo hablarte
de lo mal que me he sentido últimamente,
pero dime,
¿me darás la atención que requiero
o harás como si no te importa un carajo
lo que digo?

Por supuesto que no eres una más del montón,
de hecho,
ninguna chica ha sido una más,
pero si quieres que me abra el pecho,
antes tienes que darme inspiración
para cerrar la boca
y sentarme a escribir.

Le he dado vacaciones a la ansiedad,
pero no te confíes demasiado
que puede regresar
cuando menos te lo esperes
y todo estallará cual volcán.

Soy más de tomar el autobús a casa
que de subirme
a cualquier tren
que me lleve rápidamente
a mi autodestrucción;

y espero que lo entiendas. 

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