Prefiero ser ocaso
y causa destrozos
en épocas difíciles
hasta olvidar lo que somos.
Quizá todo está escrito
o quizá todo es incierto.
Me duele y no me explico
tanta agua en el desierto.
Sabe más el que, por el destino
jamás ha sido golpeado;
y no es que no esté herido,
es que no le afecta el pasado.
Las personas van y vienen
como trenes en la estación.
Callamos lo que nos conviene
aunque nos estalle el corazón.
El barco que zarpa
jamás quisiera regresar.
Quien no echa sus cartas
se arriesga a fracasar.
Esos aviones en el cielo
no extrañan el suelo,
pues no sienten miedo
de lo que desconocemos.
Escribo tormentas
que saben arropar.
Conozco almas muertas
que me aconsejan amar;
a veces me enfermo
y no les hago caso.
Podría ser eterno,
pero prefiero ser ocaso.
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