Ahogados en un oasis


¿Qué nos quedará
cuando ya no despertemos juntos
o cuando ya no volvamos
a besar los labios del otro
ni siquiera por casualidad?

¿Qué será de ti
y de mí
cuando en cualquier momento
alguien nos pregunte
por el otro?

Dime, cariño,
¿podremos soportar
esta carga tan pesada
que en muchas ocasiones
intenta rompernos los huesos
y hundirnos un poco más?

La magia se está apagando
y odio admitir
que quiero volver
a abrazar el pasado.

Quizá sólo somos pasajeros
en una enorme estación
y nuestra mejor elección
es tomar el primer tren
que vaya por la vía
de la felicidad.

Puede que saber nadar
no sea suficiente
para escapar
de los tsunamis
que buscan destrozarnos.
 

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