Niña en llamas


Te quiero demasiado.
Te quiero como a nada
ni a nadie más.

Te quiero porque me duele
y puedo aprender
de ese dolor.

Te quiero porque te quieres.

Adoro tu valentía
y tu fuerza
de voluntad.

Te adoro a ti.

Éste es tu tiempo:
                aprovéchalo.

El pasado es muy doloroso
cuando no lo apartas
y permites
                que te ahogue
como un abrazo mal dado.

Siempre fuiste de fuego
                y quemabas
todo a tu paso;
por eso, jamás permitas
que tu llama se apague.

Ríe a carcajadas,
que tu risa se escuche
al otro lado de la ciudad
y las demás almas
envidien tu alegría.

Qué guapa eres,
                dulce niña intimidada
por tus demonios,
tan tiernos
como malvados.

No permitas que nadie
arruine tu bienestar
y frágil inocencia.
 

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