Nadando en tu desierto


Estoy estancado
entre tu silencio y tus gritos.
Estoy asustado
por todo lo que aún no te he escrito.

Y aunque yo también grito,
parece que no me quieres escuchar.
Nuestras vidas son un mito
y sobre tu pecho me quiero resguardar.

No hace mucho tiempo aprendí a nadar
y ahora trato de no ahogarme.
Juro que no intento escapar
de esta cárcel cubierta por tu arte.

¿Quién soy yo en este mundo tan vacío?
¿A qué rayos he venido?
¿Adónde irán los recuerdos malnacidos?
¿Quién eres tú y por qué me has querido?

Puedes irte cuando te plazca.
Yo tan sólo soy un vago bebedor.
Coge tus maletas y haz que tu vida valga
mucho más que la de este pobre escritor.

Tienes una larga vida por delante
y yo sólo te estoy retrasando.
No me veas como alguien emocionante,
pues podría decepcionarte lo que te voy dando.

No puedes permitirte, jamás,
que alguien esté por encima de tu persona.
Vales mucho más que todos los demás
que mueren buscando una corona.

Vive cada día de tu vida
como si el mañana fuese incierto.
Busca siempre una salida
para hallar agua en este desierto.
 

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