El silencio me ahoga

y yo aquí, sin salvavidas
ni tanque de oxigeno
en medio del mediterráneo.

Los recuerdos me abruman
hasta el punto de no poder continuar a flote
y sólo estoy pensando en encerrarme

en la prisión que es tu memoria.

Y así pasan los días;

a veces tengo ganas de nadar
hasta encontrar una isla
y otros, no queriendo continuar,
me gustaría descansar entre tus piernas.

Pronto sabrás de mí,
aunque puede que no sean buenas noticias,

porque, aunque me niego a aceptarlo,
el mar no me ama

y él no quiere que continúe resistiendo.

Medinowski